Eres tú, sola, contra todo el mundo. Pero te lo buscas o quizás la mayor parte porque cada uno somos responsables de nuestros actos y quizás sea esta responsabilidad la que haga que acabes llorando en tu cama porque puede que lo único que te hiciese falta fuese eso; que llegara alguien y sin tú pedírselo te abrazara mientras tú llorabas desconsoladamente sin saber bien por qué lo hacías, solo eso, llorar.
Te lanzas contra el mundo, sola, porque vas sola desde el principio porque en lo único que podemos hacer en esta vida es luchar, el mundo está hecho para eso, para luchar y al final nos quedará la muerte; no tenemos otro fin. Mientras tanto, de esa lucha, de esas pequeñas batallas que se viven día a día podemos disfrutar sobre todo con las pequeñas victorias, con las cosas que consigues, porque en verdad todos vamos buscando conseguir la felicidad. Hasta que un día crees que la consigues y permaneces feliz, en cierto modo, durante un tiempo. Estás viviendo ese momento en tu vida que jamás creías que vivirías, las cosas no pueden ir mejor. Pero llegan sin avisar una serie de desdichas que por minuciosas que parezcan empiezan a acumularse hasta que salen todas de golpe porque te acabas cansando de ignorarlas. Y Llega el día en el que no puedes más y revientas arrasando a todo lo que se pone en el medio. Entonces te preguntas ¿tengo yo toda la culpa? Claro que no, los demás también son culpables, ¿o es que no son capaces de percibir tu mal humor? ¿No son capaces de ver que las bromas se aguantan una vez, dos o incluso tres pero que al final te acabas hartando? No, claro que no porque como he dicho antes en la vida estamos solos y somos unos egocéntricos solo miramos por nuestra felicidad y los demás nos importan una mierda.
Por otro lado, tenemos a aquellas personas que creen que aguantan mucho pero que todavía no se han dado cuenta que tú las escuchas una y otra y otra vez; que no se cansan de hablar siempre de los mismos temas que les das casi los mismos consejos una vez tras otra porque no te escuchan porque tú tragas con todo lo que te venga con todas sus quejas día tras día pero que no son capaces de aguantarte quejándote, que indirectamente y sin cortarse demasiado te mandan a callar con un "pues si no te gusta te aguantas". Sin embargo, muchas de estas personas hacen como una elección y son en cierto modo bipolares que yo no digo que no lo sea pero ¿de verdad puedo llegar a ser así de insoportable cuando contesto de ese modo? ¿Todavía no se dan cuenta de que intento decir casi todo con una PUTA sonrisa en los labios? Pero la sonrisa se ha disipado.
Yo creo que mi fallo estaba en sonreírle a la gente, en sonreírle al mundo para quitarle importancia a las cosas que no necesitan una sonrisa si no una lágrima o una voz. "No me agobio", solía decir, solía creer; eso era porque la importancia de esas cosas estaba sustraída por mi subconsciente, en realidad sí me agobio porque todo tiene su importancia, todo lo que tenga alguna relación con mi vida o me afecte tiene importancia y yo no diría que poca. Me preocupan todos los que están en mi entorno, hasta los que no merecen nada porque ellos no se preocupan mas que de ellos mismos. Pero nadie tiene la culpa, la culpa es solo tuya porque como ya te lo han dicho millones de veces "de buena eres tonta" y hay veces en las que la recuerdas diciéndote "tienes que ser un poco egocéntrica, primero estás tú y luego están los demás"; no se puede luchar en contra de la persona que eres porque siempre has estado ahí para todo aquel que te ha necesitado y no es que tú te lo digas a ti misma, es que lo has escuchado de otras personas. Luego, llega el momento en el que te hartas de ser así y le das la espalda a todo el mundo que no se lo merece y al segundo después te arrepientes pero en vez de ir a disculparte te lo guardas porque "puedes con todo".
¿Qué me decís de cumplir vuestros objetivos en la vida? ¿De esforzarte todo lo que puedas pero que siempre haya alguien mejor que tú o, peor, que haya alguien que sin hacer nada te supere? Eso jode, hablando mal y pronto, bastante. La rabia te consume por dentro, hasta que decides ser tu misma, no superar a nadie sino sacar el máximo partido, llegar hasta donde puedas y si no se puede intentarlo hasta que agotes las posibilidades.
Así un día tras otro hasta que vuelves a "ser tú" pero sin saber realmente quién es esa "zagala" que está detrás de esos ojos verdes que muchos ven azules, que tiene filtros de colores para cada día, que se vuelve loca y hace idioteces para amenizar el camino porque realmente eso es la vida, un camino con subidas, bajadas y cimas; una eterna lucha de ti misma contra el mundo.

No hay comentarios:
Publicar un comentario