jueves, 3 de enero de 2013
2013 ¿Año de lágrimas?
Brotaron de mis ojos dos grandes gotas de agua salada. Ya estaba hecho, había llorado. No me tenía que preocupar más de saber si estaba muerta por dentro o no. Pero no lo estaba, claro que no lo estaba. No podía dejar de llorar abrazada a ella, apartándole las manos de la cara para poder abrazarla, en el silencio de la noche, y pidiendo que no sollozara con tanta fuerza para no despertar a nuestros padres. Me acerque a su oído y le dije que si lloraba porque le había mordido, me dijo que no, que era porque no la quería. Volvimos a romper a llorar a gran escala, me abracé a ella y le dije que no me volviera a decir eso. <<Te quiero por encima de todas las cosas, más que a mi vida, no lo olvides nunca.>> Fue lo que le dije, sentí un pinchazo en mi corazón tan fuerte que me vine abajo. Me pidió que me acostara, saco el paquete de pañuelos y se limpió las lágrimas. Yo hice lo mismo y me metí en la cama, seguí llorando; ella también. Pero nos quedamos dormidas.
Me desperté con los ojos hinchados, sin embargo sonreía. Y así le he dado la bienvenida a el 2013. Creo que este año va a ser un año de lágrimas, estas han sido las primeras pero no las últimas. Me voy a tener que despedir de Cáceres durante un año entero y con eso me refiero a toda la gente que está en Cáceres. Luego, me despediré de Zahínos, me quiero ir del pueblo pero echaré de menos a todo el mundo, y a pesar de las ganas que tengo de irme me da miedo.
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